lunes, 26 de diciembre de 2016

Hallazgos de un día cualquiera XV: dos ventanas, dos miradas

En estos días, revisando y ordenando la biblioteca, me encontré con un libro que no había leído: Las dos ventanas de Esteban Valentino y Marina Aizen (Del Eclipse, 2012).


Una ventana con una niña y un niño curiosxs asomándose, nos llevan a viajar con ellxs. Las guardas nos sumergen en el mundo de los trenes y boletos de distintas partes del mundo y la imagen de una pareja que se abraza, el contraste entre el sepia y tierra del fondo y los colores brillantes del amor. Avanzamos las páginas y vamos descubriendo un diálogo entre textos e imágenes que dan cuenta del paso del tiempo y, a su vez, de la realidad segmentada, compartimentada.

Dos niñxs que viajan en un tren grande y antiguo, con dos filas de asientos y dos ventanillas, del lado izquierdo y derecho. De un lado al otro, como se mueve el tren, lxs niñxs saltan de aquí para allá y ven el mundo, las dos caras de una realidad. “Un poco de un lado, ta ta t ata t ata, un poco del otro lari lari lari lari”.  De un lado, la ventanilla de la guerra, el hambre, la violencia, la pobreza; del otro lado, la ventanilla del arte, la riqueza, la suerte, el amor.

La llegada a la estación y la posibilidad de elegir entre dos trenes, ¿cuál lleva al destino deseado? Y, a partir de allí, el libro deviene imagen, color, escenas de grupos, familias, niñxs jugando, vías que llevan a quién sabe dónde, de Buenos Aires a González Catán, de la pobreza a la abundancia, de la solidaridad al egoísmo, de la guerra a la madre tierra.

Como un juego, dos ventanas y dos trenes, dos viajes que muestran la desigualdad, realidades polarizadas, vidas y realidades divididas como cada ventana.

Dos niñxs que juegan y ven pasar la vida, la historia, el tiempo desde la ventanilla de un tren.
Las dos ventanas –en ese diálogo poético entre el texto de Valentino y las imágenes de Aizen- como toda literatura nos invita a reflexionar acerca de la existencia humana, sus limitaciones, precariedades y la existencia de enormes desigualdades.




3 comentarios:

  1. Una vez más, Valentino ofrece una interesante y bella propuesta; en esta oportunidad, dirigida a un destinatario más pequeño, ¿no es cierto?
    ¡Gracias por la recomendación, Vale!
    Un beso,
    Natalia.

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  2. Sí, es un libro para tener en cuenta. En cuanto a la cuestión etaria, no estoy tan segura si es para un destinatario más pequeño, sino que, creo, depende de cómo se aborde la lectura. Y la lectura de las imágenes.
    Gracias por sus comentarios!

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