jueves, 24 de marzo de 2016

Mi infancia en dictadura


En marzo de 1976 tenía apenas cuatro años. En diciembre de 1983 había terminado la escuela primaria y con doce años me preparaba para ingresar al año siguiente en primer año. Toda mi infancia la viví en dictadura.

Hoy, cuarenta años después, voy recuperando algunos recuerdos de mi memoria magra.

Recuerdo, con la voz de mi madre, el relato que me hizo de su visita al jardín de infantes porque me peleaba con mis compañeritos y de la maestra que le advirtió que esa niña de solo cinco años podía terminar siendo una subversiva. Mi madre, decía, se quedó muda o, tal vez, ya no recuerdo, atinó a responderle algo, sorprendida por ese comentario.

Recuerdo que una vez nos retiraron antes de la escuela porque, decían, había habido un “operativo” en la zona de la catedral. Por las noches, recuerdo, mis padres hablaban en voz baja de “lo que pasaba” para que no escucháramos con mis hermanas.

Otro día, nos fuimos de la escuela a casa con el hijo de unos amigos de mis padres porque, según contó Coca –creo que así se llamaba- en su departamento habían entrado los militares y ella se había asomado al pasillo para ver qué pasaba y la habían empujado con un Fal para que entrara a su casa. Coca estaba embarazada. Del susto se había metido debajo de la cama y durante horas se había quedado escondida. Cuento esto y pienso en esos niñxs que se escondieron en un armario, en un placard, debajo de la cama cuando los genocidas los fueron a buscar a sus casas. Y todxs lxs otrxs que desaparecieron y todavía hoy siguen sin conocer su identidad. 



Recuerdo a mi tío Jorge, que para esa época estudiaba Ingeniería en La Plata, y una vez por semana venía a casa a cenar y, a pesar de que vivía apenas a cinco cuadras, mi padre lo acompañaba cuando volvía a su casa. Jorge tenía barba y pelo largo, y mi madre cada vez que nos visitaba le decía que se cortara el pelo y la barba, porque solo por eso podían detenerlo.

Recuerdo a mis hermanas mayores que cursaron la secundaria en el Bellas Artes y la directora en persona, la Prof. Gallo, medía el largo de la pollera y, si no cubría las rodillas, rompía el dobladillo para que esos cuerpos estuvieran regulados, controlados.

Pienso en la escuela y, ya en el 84 en democracia, me acuerdo de la profesora de Historia, Prof. Sánchez Viamonte, y su mirada de tristeza infinita por la desaparición de su hijo y, cómo era mirada como apestada por ese “estigma”. También me acuerdo de una profesora de historia, no sé el nombre, que en esos primeros años de democracia nos hablaba de los desaparecidos y de la represión durante la dictadura cuando todavía muy pocos docentes hablaban del tema. Y, a partir de ahí, mi interés por querer saber, buscar, leer más sobre lo que había pasado y había estado oculto a mis ojos de niña.

Y si vuelvo a mi escuela primaria, en el 82 escribí muchas cartas con chocolates para los chicos que combatían en Malvinas. Para esa época recuerdo a mi madre que escuchaba Radio Colonia para saber “el otro relato”, lo que no se sabía en estas orillas y su decisión de no participar en los festejos por la toma de las islas. Allá, en el frío, estaba Claudio, nuestro vecino.

Y en esos años de dictadura leí a Poldy Bird, a Syria Poletti, a Beatriz Ferro y su Quillet de los niños, a Elsa Bornemann y su Disparatario y El niño envuelto, a Eduardo Gudiño Kieffer y su Felipito y el Furibundo Filibustero que todavía conservo en las viejas ediciones. También me apasioné con los títulos de la colección Billiken y la colección Robin Hood, recuerdo especialmente El mago de Oz y Sandokán. Y leí la revista Billiken y las historietas Condorito, Patoruzú y Patoruzito.

40 años después me alegra saber que mis sobrinxs adolescentes organizan intervenciones en su escuela para recordar a los 30000 compañerxs desaparecidxs y participan de las marchas en La Plata y en Plaza de mayo para decir presente.

A 40 años del golpe, Nunca más. Memoria, Verdad y Justicia.   


lunes, 21 de marzo de 2016

Poesía en el Día Mundial de la Poesía



Como dice la poeta Olga Orozco, "la poesía puede presentarse al lector bajo la apariencia de muchas encarnaciones diferentes, combinadas, antagónicas, simultáneas o totalmente aisladas, de acuerdo con la voz que convoca en sus apariciones. Puede ser, por ejemplo, una dama oprimida por la armadura de rígidos preceptos, una bailarina de caja de música que repite su giro gracioso y restringido, una pitonisa que recibe el dictado del oráculo y descifra las señales del porvenir, una reina de las nieves con su regazo colmado de cristales casi algebraicos, una criatura alucinada con la cabeza sumergida en una nube de insectos zumbadores, una anciana que riega las plantas de un reducido jardín, una heroína que canta en medio de la hoguera, un pájaro que huye, una boca cerrada. Las imágenes creadas por sus resonancias se fijan, se superponen, se suceden. ¿Cuál será la figura verdadera en este inagotable calidoscopio?" (Orozco, 2013:465).
Es cierto, la poesía puede presentarse de diferentes modos y producir múltiples efectos en lxs lectorxs, pero siempre es una experiencia estética que nos convoca de alguna manera, que nos interpela y no nos deja indemnes.

Hoy quiero compartir algunas poesías que me gustan mucho para festejar el Día Mundial de la Poesía e invitar a que leamos cada vez más poesía y compartamos en los espacios de la formación más lectura de poesía.

"Callao" de Adela Basch

El hombre camina envuelto
en un espeso silencio
y es peso sobre su espalda
la carga de una palabra
que a nadie le va diciendo.
Es paso lento su andar
en el espacio nocturno
mientras, despacio, el mundo
cambia un poco de lugar.
Esposo fiel, el silencio
abraza mudo a la noche
y es pozo de los misterios
que callan todas la voces.
El hombre va por la calle
con el corazón contento
porque le brota de adentro
una canción de silencio.
Va el hombre sobre el asfalto
caminando sin apuro
y de puro caminar
la ciudad se le hace canto,
muda canción sin palabras
que labra el cielo callado.
Canto profundo, infinito
va desplegando el silencio
mientras, con labios cerrados
el hombre va caminando
por el horizonte inmenso
de la avenida, Callao.


"25 de mayo Niebla" de Jimmy Liao

Al amanecer voy a pie hasta la orilla del río,
donde leo en silencio, mientras espero.
Dos patos se acercan para charlar conmigo
sobre el menú del almuerzo.


"Misterio" de Laura Devetach

¿Cuál será el misterio
de las piedras
de colores?
Sólo el río las enciende
como soles.


"Levanté un tallo seco" de Jorge Luján extraído de Palabras manzana

Levanté un tallo seco
y en el aire
                 se hizo flor

Aspiré su aroma
y la vi alejarse
                       mariposa



"Copla imposible" de Cecilia Pisos

¿Quién oye hablar a los peces
o callarse a las cigarras?
¿Quién es que escala los ríos
y quién nada en las montañas?

"Peces" de María Cristina Ramos

Dentro del espejo,
en agua de olvido,
hay un pez de sombra
que se me ha perdido.

En agua de soles,
de árbol florido,
hay un pez naranja
en busca de nido.

En agua de cielo,
de estanque sombrío,
hay cientos de peces
de luz encendidos.

Podría seguir transcribiendo poemas que me gustan mucho infinitamente.
¿Qué poemas son sus preferidos? ¿Los comparten?




viernes, 18 de marzo de 2016

Última entrega: librerías y libros en viaje



Como todo viaje que se precie, las librerías y los libros siempre tienen que estar presentes. Además de los libros que llevamos en la valija y que trasladamos de una ciudad a otra, también están los libros que una encuentra en el camino, en las distintas librerías que recorre en cada ciudad que llega.


Así, en París, además de la belleza de la ciudad, pude descubrir el encanto de algunas librerías que fui encontrando casi sin querer. La histórica librería Shakespeare & Company, de la que ya hablé alguna vez aquí, en la orilla izquierda, a metros del Sena y de la casa donde Julio Cortázar escribió Rayuela. Ahí la literatura para niñ@s tiene un rincón debajo de una escalera, donde no solo hay libros en inglés sino también algunos en francés.



En uno de los famosos pasajes que Cortázar inmortalizó en el relato “El otro cielo”, también las librerías y jugueterías dan presente. Así me encontré en el Passage des Princess una juguetería con muñecas y juegos de distintas épocas que era un festín para los ojos y para las infancias.

Galerie Vivienne


Amsterdam me sorprendió con sus libros a la mano de los transeúntes, en la puerta de una casa. Y las librerías de viejo pero con la dificultad de no leer neerlandés. 




En Alemania, la librería Hugendubel es un universo de libros para niñ@s y adultos que en cada ciudad que visité me esperó con algunas sorpresas.


Un rincón en la ciudad de Munich 


Y Barcelona, fue una fiesta de libros y librerías donde pasear por Laie, La Central (del Barrio Gótico, el Raval y Gracia) y la Casa del libro en Passeig de Gracia, cada una con su particularidad y encanto, con sus rincones de literatura para niñ@s y algunos hallazgos bien interesantes. 
La Pedrera de Guadí

Plaza Real en Barcelona

La Central en el barrio el Raval

Cada hora que pasé –y fueron muchas- en estas librerías fue un placer secreto y maravilloso. Algunos hallazgos: de mi amado Jimmy Liao Paisaje de amor (Barbara Fiore, 2015), Ojalá pudiera formular un deseo (Barbara Fiore, 2014), El pez que sonreía (Barbara Fiore, 2010) y ¿Verdad o mentira? (Barbara Fiore, 2015); de una ilustradora y autora polaca Iwona Chmielewska, el maravilloso libro Ojos de la editorial, para mí desconocida, Tramuntana. 








Y, por último –en algún momento hay que decir basta sino las valijas no resisten el peso-, el bellísimo libro de la autora colombiana Irene Vasco Letras al carbón (Juventud, 2015), que ya reseñaré en otro post.



Además, en las valijas de regreso viajaron Ungaretti y Tsvetaieva, Barthes y Benjamin, Walser y Blanchot, Juliano y Butler, Quignard y Eagleton, entre otrxs. Por suerte también existe el ebook y la Tablet que me permitieron cargar muchos más con menos peso.

¿Quién dijo que un viaje sin libros no es un viaje? 
Nos seguimos leyendo. 

  

miércoles, 9 de marzo de 2016

Tercera entrega: en la ciudad de “Los músicos de Bremen”



Bremen es una ciudad del noroeste de Alemania, ubicada en el estado del mismo nombre, que está atravesada por el río Weser y es el punto final de la Ruta de los Cuentos de Hadas. Esta ruta debe su nombre a que los hermanos Grimm –oriundos de Kassel- escribieron cuentos de hadas, a partir de relatos orales folclóricos,  que transcurren en bosques en la zona de ciudades como Hanau, Hamelin y Bremen, por nombrar algunas.
A pocas cuadras de la estación central de Bremen, nos encontramos con Am Wall, el bosque de la ciudad donde todavía resiste al paso del tiempo el Molino histórico que nos traslada a los paisajes de los cuentos tradicionales para niñ@s.


De allí, a unos trescientos metros, nos encontramos con la entrada al centro histórico que nos recibe con algunos de los personajes del cuento “Los músicos de Bremen” en esculturas de bronce.



Seguimos caminando y desembocamos por la calle peatonal a la Marktplatz donde se encuentra la catedral de San Pedro, el Ayuntamiento –Rathaus- y a su izquierda nos topamos con la escultura de Gerhard Marcks 


que representa a los animales protagonistas del cuento de los hermanos Grimm,  entre otros edificios públicos y casas particulares.  



Tanto la Rathaus como la Estatua de Rolando son monumentos declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.


Atravesamos la plaza y llegamos a la calle de los cuentos, como se la conoce popularmente, o mejor llamada Böttcherstrasse, construido en la década del 20 de 110 metros de longitud que acoge a tiendas de souvenirs, restaurantes, el carrillón y el Museo Paula Modersohn Becker, artista notable. 








Saliendo de la Böttcherstrasse, a unas pocas cuadras, nos adentramos en el viejo barrio de pescadores del siglo XV y XVI llamado Schnoor Viertel,  con antiguas casas que nos trasladan, nuevamente, a los cuentos de hadas de los hermanos Grimm.





La visita a esta hermosa ciudad alemana, nos lleva otra vez a leer el cuento “Los músicos de Bremen” y a recorrer otra vez la ciudad para descubrir el espíritu de fantasía y solidaridad del relato. 

¡Nos leemos en la próxima entrega!

lunes, 7 de marzo de 2016

Segunda entrega: literatura para niñ@s en Lübeck




Lübeck no solo alberga el maravilloso Museo de las Marionetas sino también es una ciudad donde se puede visitar la casa de los Buddenbrooks –en la que Thomas Mann se inspiró para escribir su famosa novela- y la histórica y famosa casa de chocolates Niederegger, en la  que se puede recorrer un mundo de fantasía de chocolate y mazapán.
Buddenbroks Haus
Sigo caminando, y en la Fleischhauerstrasse, me encuentro con una librería de viejo que me invita a sumergirme entre antiguos libros de literatura para niñ@s ya desde las vidrieras.



Unas cuadras más abajo, perdida en esta maravillosa ciudad, me encuentro con Bucherpiraten, una ONG que se dedica a promover la literatura para niñ@s y jóvenes a partir de la realización de talleres de lectura, escritura, eventos culturales, muestras de arte y la edición de una revista donde reseñan libros y difunden sus actividades. Para más información sobre esta organización, pueden consultar su página web: www.bucherpiraten.de





Lübeck es una ciudad con muchas sorpresas que vale la pena conocer. Perderse  entre sus callecitas laberínticas de piedra, sus iglesias antiguas y su hermosa plaza del mercado con la histórica Rathaus o casa del Ayuntamiento es una manera de volver a la Edad Media y zambullirse en la literatura para niñ@s.
Marien Kirche


Holstentor

En próxima entrega, la deliciosa ciudad de Bremen. 
¡Nos leemos en la próxima!  




viernes, 4 de marzo de 2016

Primera entrega: el Museo de las Marionetas en Lübeck



Lübeck es una ciudad medieval del norte de Alemania, ubicada en la región de Schleswig-Holstein, que se encuentra a orillas del Trave, río que desemboca en el mar Báltico. 


En esta bellísima ciudad se encuentra el  Museo de Marionetas –Theater Figuren Museum Lübeck- que cuenta con una colección impresionante de títeres y marionetas provenientes de Europa, Asia y África. Además, habitualmente, en el museo se pueden visitar muestras temporarias.



El recorrido por el museo es una experiencia única en la que una sorpresa nos lleva a otra y a otra.
Desde el hall del museo –donde se encuentra un shop muy bien provisto de marionetas y títeres como así también postales y souvenirs- se accede por una escalera a la primera sala donde se pueden ver cortos animados de distintas épocas y orígenes. Al lado de esa sala, nos encontramos con vitrinas que muestran figuras animadas de películas alemanas como Prinz Ratte de Albert Radl del año 2011 –ver en  https://www.youtube.com/watch?v=aheoQhG82NI – o Die Schiefe Bahn de Kathryn Albers y Jim Lacy (2008) - https://www.youtube.com/watch?v=jpKzdOvj51A -.


Luego, siguiendo el recorrido, descubrimos  más de mil marionetas de distintas épocas y proveniencias geográficas. 






Además, también en la colección se encuentran los afiches de espectáculos de marionetas en distintas ciudades de Alemania y Europa como así también los objetos que algunos titiriteros llevaban consigo en sus giras artísticas.


Sala a sala, durante toda la visita, no dejo de acordarme de nuestro gran Javier Villafañe y su carromato de títeres.
Casi terminando el recorrido, nos encontramos con la muestra de fotografías de Christophe Loiseau, retratos de artistas titiriteros manipulados por el fotógrafo. Imágenes que nos trasladan a distintos escenarios naturales y urbanos donde la mirada de Loiseau nos hace descubrir escenas insólitas.  


Este museo es una joya en el medio de esta pequeña ciudad de ensueño. 
Espero que disfruten de este primer paseo por la vieja Europa. 
Nos leemos!