jueves, 21 de octubre de 2010

Hallazgos de un día cualquiera II: en San Nicolás

Hola a todos! aquí estoy de regreso después de varias semanas con mucho trabajo.
El fin de semana pasado estuve en San Nicolás (Provincia de Buenos Aires) invitada por el ISFD N° 127 para cerrar la semana del Profesor de Lengua y Literatura en el Bicentenario con una conferencia sobre la Historia de la enseñanza de la lengua y la literatura. Así que aproveché y me quedé con mi pareja a descansar el fin de semana en San Nicolás.
Siempre que viajo a una ciudad desconocida además de recorrerla caminando, exploro las librerías del lugar. En San Nicolás hay varias librerías, pero les voy a contar los hallazgos que hice en la Librería El buen libro que está ubicada en la calle Mitre, en pleno centro de la ciudad.
El viernes un rato antes de la conferencia, pasamos por la puerta y vimos algunos libros interesantes en la vidriera pero como teníamos que llegar al instituto dejamos la exploración para el día sábado. El sábado por la mañana salimos a ver qué nos deparaba El buen libro.
Entrar en esta librería es de por sí una aventura porque los libros se mezclan con mesitas para tomar un café y las estanterías rebosan de libros sin ningún orden aparente. Cada anaquel es una búsqueda del tesoro. Cómo describirles un lugar tan abarrotado de libros, unos sobre otros, en las mesas de exposición, en expositores de metal parecidos a los de las viejas verdulerías de barrio y al fondo un escritorio donde la dueña departe con los clientes.
Yo elegí explorar el sector de literatura infantil y encontré algunos libros que me interesaron, que finalmente compré.
Encontré la reedición de Cuentos ridículos deRicardo Mariño que hacía tiempo que quería comprar -la primera edición es de 1987 y por suerte en julio de este año Alfaguara los reeditó-. En este libro de cuentos Mariño vuelve a sus obsesiones literarias: el humor, la parodia, el juego con el lenguaje, las historias disparatadas y claramente ridículas. Cinthia Scoch y las metamorfosis que vive por culpa de una mandarina ridícula incia una serie de relatos divertidos y originales.
Seguí revolviendo y me topé con una antología titulada Poesía para chicos, también publicada en Alfaguara, que me hizo reencontrarme con versos tradicionales que recitaba de niña y poesías clásicas de Martí, entre otros. También se incluyen poesías de autores argentinos contemporáneos como Ana María Shua, Laura Devetach, Jorge Luján, Laura Cinetto, entre otros. Un recorrido por un género que, muchas veces, no tiene el lugar que se merece.
También me encontré con dos libros de Laura Devetach que no conocía: El enigma del barquero -que todavía no leí- y El paseo de los viejitos donde Devetach recupera esas historias donde lo comunitario y los lazos sociales se afianzan por las acciones de dos viejitos y, a su vez, el lenguaje juega y se reinventa para nominalizar la realidad apoyándose en neologismos y palabras que se transforman en música para los oídos.
Por último, también me llevé Historias de un primer fin de semana de Silvia Schujer que comentaré en algún otro post, porque todavía no leí.
El paseo por El buen libro me trajo nuevos textos y nuevas historias de nuestra rica literatura argentina para niños.
Espero sus comentarios de otras exploraciones de librerías que hayan hecho o que nuevos hallazgos encontraron.
Val

2 comentarios:

  1. Qué bueno, me dieron ganas de ir a S. Nicolás! Mi último recorrido fue en el barrio de P. Patricios (Libros La Lechuza) es nueva y conseguí: La cámara oculta, de Schujer; La venganza de la vaca, de S. Aguirre; tres libros de Andrea Ferrari: El círculo de la suerte, No es fácil ser Watson y También las estatuas tienen miedo. Y bueno... mis sobrinos muy contentos. Ya tengo preparada otra listita. Saludos.

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  2. Gracias, Nikita, por el dato! Me voy a dar una vuelta un día de éstos para ver qué encuentro por ahí! besos,
    Val

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